jueves, 20 de abril de 2017

BANDA DE MÚSICA DE GARRUCHA



  Adolfo Pérez López
   
   Cuando me hice cargo de la alcaldía de Garrucha uno de mis propósitos era crear y organizar una banda de música patrocinada por el Ayuntamiento, música de la que soy bastante aficionado. Considero que tener una banda de música es un bien para el disfrute de los ciudadanos de un municipio.

   Mi interés porque Garrucha tuviera una banda de música era conocido por mi vecino Ramón Guevara Oña, comerciante garruchero, vendedor de pescado en varios pueblos de la provincia, entre ellos Bédar.

   En Bédar, Ramón Guevara trabó amistad con Diego Fernández Cánovas, músico y maestro de escuela, y Antonio Torres Fernández, empleado administrativo y también músico. Ambos naturales de Bédar y vecinos de la ciudad de Almería. De esa amistad  con ambos a mi vecino le surgió la idea de que ellos podrían ser los profesores encargados de hacer realidad la banda de música, cosa que les propuso y los dos le manifestaron estar dispuestos a acometer el proyecto si se llegaba a un acuerdo.

   Así las cosas, Ramón Guevara me dio cuenta de lo hablado con ellos y de su buena disposición para hacer realidad el proyecto. Para tratar el asunto se acordó tener una reunión los cuatro, reunión que tuvo lugar en el mes de enero de 1988 en el salón del bar conocido en Garrucha como el Hogar, hoy el edificio de la Casa de la Juventud, junto al Ayuntamiento, en el paseo del Malecón.

   En aquella entrevista se acordó que los citados músicos se harían cargo de la enseñanza de los alumnos con el fin de llevar a cabo la iniciativa. Labor para lo que el Ayuntamiento les abonaría una remuneración mensual, que en realidad era modesta pues en ella primaba por encima de todo la ilusión de constituir la banda.

   Pocos días después, el 28 de enero de 1988, el pleno de la Corporación municipal, por unanimidad de los ocho miembros presentes, adoptó el acuerdo de iniciar cuantas gestiones fueran necesarias en orden a crear una banda municipal de música. Asimismo, se acordó poner cuantos medios fueran necesarios para hacer realidad el proyecto, tales como contratar al profesor o profesores de música, así como aportar, en su momento, la cantidad de dinero que se precisara para la compra de los instrumentos musicales que se precisaran.

   Después de la campaña de publicidad que se hizo para atraer a las personas interesadas, con la novedad se matriculó un número apreciable de alumnos y alumnas, más de treinta: niños, niñas y adolescentes, además de algún mayor, aunque luego disminuyeron los matriculados. Las clases de solfeo dieron comienzo, impartiéndose dos veces por semana (jueves por la tarde y sábado por la mañana) en un aula del colegio público Hispanidad.

   Pasados muy pocos meses ambos profesores consideraron que era el momento de comprar los instrumentos musicales, pues consideraban que los alumnos estaban ya en condiciones de aprender a manejarlos y echara a andar la banda de música. Entonces se acordó que el Ayuntamiento subvencionara a cada alumno en un porcentaje de dinero con arreglo al precio del instrumento que se tratara. Las subvenciones se hicieron en escala, de modo que los más caros percibieron mayor cantidad de dinero. En todos los casos la cuantía de las subvenciones superó el 50% del importe del instrumento. El Ayuntamiento compró la tuba (bajo), el bombo, la caja (tambor) y los platillos, ya que ningún alumno quería tocar esos instrumentos. La mayoría quería el saxofón, la trompeta y el clarinete por ese orden. Los instrumentos se compraron en Almería, en el establecimiento de Luis Gázquez. Este sistema de compra subvencionada de instrumentos se mantuvo durante los años siguientes, conforme se iban incorporando nuevos alumnos a la banda.

   El uniforme para los músicos también fue subvencionado por el Ayuntamiento. Se componía de chaqueta de lana azul marino y pantalón o falda del mismo color, con camisa blanca, corbata grana y zapato negro.




   Una vez que la banda estuvo en condiciones de debutar, su presentación pública tuvo lugar el domingo 30 de septiembre de 1990, a la 18:45 horas, en la plaza de Pedro Gea (de la capilla). Habían transcurrido treinta y dos meses desde el comienzo de las clases de solfeo. La plaza estuvo llena de público. El acto comenzó con un breve discurso mío al que siguió un concierto de la nueva banda de música dirigida por el profesor Diego Fernández Cánovas, que interpretó diversas piezas musicales, finalizando con el himno a Andalucía. El debut, que fue un éxito, se efectuó con catorce músicos, de los que trece eran alumnos. A su término, el Ayuntamiento invitó a los músicos y familiares a una copa de vino español.

   Después del debut se hacía necesario poner las bases para garantizar la solidez y permanencia de la banda en el tiempo, además de librarla de los avatares políticos, razón por la que se pensó en dotarla de un estatuto de autonomía. De ahí surgió la idea de constituir una asociación cultural con entidad jurídica propia para que se pudiera desenvolver con plena independencia, alejada de los políticos. Era el mejor modo de garantizar su duración en el tiempo, además de poder percibir subvenciones del Ayuntamiento de Garrucha y otras administraciones públicas. Una vez estudiada  la propuesta de la alcaldía, profesores y músicos, estimaron muy conveniente la fundación de dicha asociación, y se pusieron manos a la obra.

   De modo que el 30 de mayo de 1997 se celebró la asamblea constituyente, se aprobaron los estatutos y el 2 de junio siguiente se inscribió en el organismo gubernamental correspondiente con el nombre de Asociación musical Ex Mari orta.

   Y así, con las alternativas propias, desde su fundación en el año 1988 la banda de música ha continuado su andadura en Garrucha, participando activamente en festejos populares, conciertos, certámenes, festivales y procesiones. Siempre dirigida por sus competentes profesores, Diego Fernández Cánovas y Antonio Torres Fernández, a los que desde aquí felicito y les expreso mi agradecimiento por su magnífica labor.

   Me produce gran satisfacción que nuestro pueblo disfrute de su banda de música, que pronto celebrará su treinta aniversario.