Iglesia parroquial de Garrucha; domingo 26 de septiembre de 1993, 19:30
horas. Discurso del alcalde de Garrucha, Adolfo Pérez López, en el acto de la
donación al Ayuntamiento de tres cuadros pintados por el garruchero Francisco
Segura García.
Estimados don Francisco y personas que
nos acompañan:
Es muy gratificante para un alcalde celebrar
un acto como el que ahora nos ocupa. Para nosotros, para el pueblo de Garrucha,
es reconfortante constatar como uno de sus hijos, en este caso don Francisco
Segura García, ha querido obsequiar a su Garrucha natal con unas bellas
pinturas realizadas por él - y que estoy segura que serán del agrado de todos -
para acrecentar el patrimonio cultural del pueblo en que nació y vivió durante
su niñez. Circunstancias de la vida obligaron a su familia a marcharse a Madrid
hace mucho tiempo, allá por el año 1917. Sin embargo, nunca, en ningún momento
ha dejado de amar y pensar en su tierra, por lo que demuestra una actitud y
unos sentimientos que ennoblecen la biografía de la sencillez de su persona.
Hoy recibimos de sus expertas manos el fruto
de su esfuerzo, de un enorme trabajo artístico realizado con mucha paciencia,
como son los tres cuadros que contemplamos. El Cristo crucificado del pintor
Velázquez; seguramente el pintor más genial de la pintura española, el cual,
como casi todos los grandes artistas de todos los tiempos se sintió atraído por
pintar la imagen impresionante de Jesús crucificado, llegando a lograr una de
sus obras maestras. Asimismo, don Francisco dona las dos versiones de la imagen
de san Francisco, obras del también gran pintor español Francisco de Zurbarán.
Los originales de las tres pinturas, como es sabido, están instalados en el
museo del Prado
Acciones tan generosas como ésta son las que
dan sentido a la vida y enaltecen a una persona porque están exentas de egoísmo
y de una vanidad mal concebida y, por supuesto, lejos del desmedido afán de
lucro que oprime a nuestra sociedad.
Las tres pinturas han sido realizadas por
don Francisco con una paciencia sin límites, según me ha contado. El Cristo
crucificado lo ha pintado desde la observación de una pequeña lámina y desde el
examen atento y directo del original en el museo del Prado durante muchos días
y docenas de horas para captar todos los detalles del óleo de Velázquez, con el
fin de que fuera una copia fiel del mismo, cosa que ha conseguido a la
perfección como se puede observar.
Lo mismo sucede con los dos óleos de san
Francisco, los cuales reflejan con fidelidad el espíritu y la expresión
ascética que le son propios a Zurbarán.
Podemos observar que en las tres obras eso
es así, y que ha sido corroborado por la crítica de expertos en pintura, entre
ellos el sacerdote enviado por el obispado de Almería. Sacerdote que, en
sintonía con nosotros, manifestó que son tres obras de arte de una gran
dignidad, que merecen ser acogidas y expuestas al pueblo fiel en nuestro templo
parroquial.
La donación de estas tres obras de arte que
hace don Francisco Segura García al pueblo de Garrucha, a través de su
Ayuntamiento que me honro en representar, es aceptada con sumo agrado, razón
por la que le expreso nuestro agradecimiento y homenaje, en la seguridad de que
son afirmaciones compartidas por todos.
Conforme a los deseos de don Francisco las
tres pinturas pasan a ser propiedad inalienable del Ayuntamiento de Garrucha
reflejado en el documento correspondiente, que después será ratificado por la
Corporación municipal en pleno. Asimismo, los tres cuadros quedarán depositados
y expuestos siempre en esta iglesia parroquial, que es el lugar más adecuado
para ello, con el beneplácito del señor obispo de la diócesis y del señor cura
párroco, dentro de las condiciones ya estipuladas.
Le doy las gracias al señor cura párroco
porque, desde el primer momento, ha mostrado sumo interés en acoger las
pinturas, dando todas las facilidades.
Expreso mi reconocimiento a la coral Virgen
del Carmen por su generosa participación en este acto, lo mismo que a todos los
aquí reunidos.
Don Francisco, sus deseos para con su
querido pueblo de Garrucha hoy se han visto cumplidos. Como noble garruchero
que es sé que la emoción y la nostalgia anidan en su corazón en estos momentos,
y lo mismo sucederá cuando recuerde este acto al que hemos querido darle toda la
solemnidad, dentro de la sencillez que es nuestra norma. Estoy seguro que Dios
nuestro Señor, el Cristo crucificado, le protegerá a usted y a su familia, y
que el pueblo de Garrucha le recordará siempre con mucho agrado, como a uno de
sus hijos predilectos.
Muchas gracias